Tiempos Mozos: La webserie sobre los vaivenes de la juventud

Entre los años 2016-2018, los comediantes nacionales Lucas Espinoza e Ignacio Socias crearon y protagonizaron la webserie Tiempos Mozos, una comedia dramática que se ha vuelto un producto de culto entre el público de internet. Con la participación estelar de reconocidos actores chilenos, la historia toca principalmente el tema de la juventud. Sin embargo, se aleja de cualquier concepción idílica y más bien la caracteriza como una época llena de problemas que, por alguna razón, en tu vejez la recordarás como tus años dorados.

¿De qué trata Tiempos Mozos?

Tiempos Mozos es una serie web de seis capítulos que se lanzaron desde el año 2016 hasta el 2018. La producción está dirigida por Lucas Espinoza quien coescribió los guiones junto a Ignacio Socias, quienes también protagonizan la serie. Además, en todos los capítulos el elenco cuenta con actores del medio nacional como Gregory Cohen, Diego Muñoz, Sebastián Ayala, Gonzalo Valenzuela, Nathalia Aragonese, Daniel Antivilo, Mariana Di Girólamo, entre otras figuras.

La sinopsis oficial alojada en la Internet Movie Database (IMDB) cuenta lo siguiente:

“Lucas y Socias son dos mejores amigos que intentan crecer en un mundo que se mueve en su contra, lo que les hace cuestionar la creencia tradicional de que «la juventud es el mejor momento de nuestras vidas»”.

Una serie que te puede hacer reir y llorar

Uno de los mejores aspectos de la historia es el tono que atraviesa por los seis episodios. Si bien es planteada como una comedia, no es una historia de risa fácil y simple, sino que es algo mucho más profundo. Utiliza una comedia que va más a las situaciones extrañas que se dan, a las conveniencias argumentales y a los precisos diálogos que tienen mucho potencial para volverse icónicos y referenciales.

Además, una de las claves que posee es su punto dramático que incluso se mezcla con la nostalgia. Todos los capítulos están perfectamente estructurados teniendo un conflicto que los protagonistas deben superar. En ocasiones, estos viven sus historias por separado hasta que confluyen en un punto. Otras veces, toda la trama del capítulo se centra en los dos juntos.

Las seis entregas no poseen una trama continua, siendo su único punto de conexión los actores principales. Por lo mismo, la trama se encarga de mostrar a estos personajes en distintos episodios de su juventud que, si bien están pasados por un tinte de exageración y sátira, siguen siendo situaciones a las que cualquier adulto joven podría enfrentarse.

Las estrellas invitadas en Tiempos Mozos

En este sentido, las actuaciones de ambos se sienten convincentes. Se nota que ninguno de los dos se dedica a ese oficio, pero al menos logran funcionar dentro de los papeles que tampoco son complicados. Respecto a las estrellas invitadas, a veces su aparición es muy justificada como en el caso de Daniel Antivilo o Gregory Cohen desarrollando sus personajes de la mejor manera. No obstante, otros actores se sienten fuera de lugar y no destacan por su interpretación, sino que por ser ellos, lo que te saca un poco de la historia que se está contando.

En cuanto a la música, esta no suele estar en gran cantidad a lo largo de la serie. De todos modos, las pocas veces en que suena una melodía transmite los sentimientos que viven los personajes en la escena. Además, la canción Tiempos Mozos compuesta por Diego Lorenzini es el aderezo perfecto para reforzar esas sensaciones. Lamentablemente esta canción se limita a ser solo el acompañamiento de los créditos y no a aparecer dentro de los episodios mismos.

Conclusión

Tiempos Mozos es una serie que te puede hacer reír y/o llorar. Una de sus principales ventajas es que se encuentra disponible en YouTube, cosa que facilita su acceso a un público masivo. Además, no se siente como una serie de sketches como las de otros comediantes, sino que hay una intención de hacer algo más allá. Algo que no busque la risa fácil, sino que te haga reflexionar sobre el paso del tiempo y sobre las cosas que has vivido. Sin duda, al tener una duración corta de solo seis capítulos te deja con ganas de más. Sin embargo, a la vez se siente tan redonda en su ejecución que está bien que se quede así. Es decir, como una gran obra que te invita a reír y reflexionar.